Nacemos a la nueva vida en Cristo y nos unimos a su familia.
Recibimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo por primera vez.
Fortalecemos nuestra fe y recibimos los dones del Espíritu Santo.
Unidos en amor y fidelidad por el sacramento del matrimonio.
Recibimos el perdón de Dios y la paz interior.
Recibimos sanación y fortaleza en tiempos de enfermedad.